Leo tu horóscopo a veces para imaginarme qué haces. El mío me da igual, más o menos se quién soy. Aunque no sé cómo me llamas, y ya casi ni me importa. Hoy te he visto disparar una ametralladora gigante y no me estabas apuntando. Te lo agradezco. Era un vídeo de estos que se repiten y me lo he puesto en bucle y lo he parao con el dedico y he mirao más a la pistola que a tí. Ha sido más la pistola que tú, más la ilusión que tú mismo. No tú, sino la posibilidad que me ofreció salir detrás de tí. No tú, la idea de tí. Nunca me enamoré tan rápido ni tardé tanto en quitarme - que aún me estoy quitando, que te me apareces por los rincones del subconsciente y casi que me cabrea. No me enamoré de tí sino de la posibilidad de salir corriendo.
Comentarios
Publicar un comentario